Ayer apenas se jugó el partido de ida de la supercopa de España en San Mames que enfrentó al Athletic de Bilbao y al Barcelona. Obviando que es un partido que no debería jugarse, ya que el Barça es campeón de Liga y campeón de Copa, me gustaría centrar mi comentario en un jugador en especial: Xavi.
Hace un par de años yo era de la idea de que Xavi debía dejar el Barça, creía que su juego lo único que hacía era realentizar las transiciones tanto ofensivas como defensivas. Demasiados toques, mucho arriesgar el balón en zonas peligrosas y poca profundidad.
Pues hoy digo lo contrario, a fuerza de jugar, en toda la extensión de la palabra, de tocar, de ver los espacios, de hacer jugar a los demás, de mostrar fuerza de carácter, de leer los partidos, Xavi es hoy, el motor, el cerebro, del equipo.
Ayer mismo una más de sus clases de futbol, con una alineación llena de jóvenes, con varias ausencias importantes, con poca calidad en la elaboración por parte de sus compañeros de medular, el noi de Terrasa se hecho al equipo a la espalda y cuajó un partidazo, marcó el tiempo del partido y se dio el gusto de meter el primer gol del Barça, gol que sirvió para encarrilar la supercopa, el primer trofeo del año, y dar una muestra más de que este conjunto, mientras esté Xavi, será mejor que todos los demás.
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